EL AUTISMO INFANTIL A NIVEL MUNDIAL
El
autismo en niños es un trastorno psicológico que se viene dando desde hace
muchísimos años tras y el día de hoy en este ensayo vamos a tratar este tema debido
a que se puede decir que esta es una problemática, debido al hecho de que
muchos padres tratan de criar niños “Normales” sin saber o tener la mínima de
idea de si su hijo padece de esta condición
neurológica y necesitan ser
tratados para que esta condición no les cause ninguna complicación futura
durante la etapa de la adolescencia y adultez sobre todo al momento de tener un
trabajo o presentar alguna cosa.
Los
trastornos de espectro autista (TEA) actualmente se encuentran dentro de los
trastornos de desarrollo del sistema neuronal o también conocido como
“Neurodesarrollo” y los estudios
realizado por la DMS (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders)
por sus siglas en inglés, es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA), en esta se
explica que los pacientes que padezcan TEA (Trastorno del espectro
autista) cumplen con dos características
principales las cuales son:
·
Deficiencia persistente en la comunicación
social y la interacción social en diferentes aspectos.
·
Patrones repetitivos en
comportamientos, intereses o actividades.
La
OMS (Organización mundial de la salud)
en la 67ª asamblea la cual se realizó en el año de 2014 declaro que son
problemas de desarrollo los cuales empiezan a manifestarse en la etapa de la
niñez o infancia y en la mayoría de casos esta persiste desparece nunca por lo
que hay que mantenerlos haciendo alguna actividad que los ayude a regularse o
controlarse.
La
directora de DOMUS (Instituto de Autismo de México), Judith Vaillard explico
que las personas con TEA presentan problemas a la hora de identificar sus
promociones, lo que provoca que tengan dificultades también en las relaciones
interpersonales y constituye un problema y que sea un reto con el cual
convivir. Los pacientes con TEA también sufren de Alexitimia que es “La
dificultad de ponerle nombre a los sentimientos”, esta problemática no quiere
decir que ellos no se rían, lloren o sientan, se refiere que para ellos es
difícil entender y darle un significado a los diferentes sentimientos.
En
la actualidad aún no se ha logrado encontrar una causa única o exacta que explique la aparición del TEA, pero si la fuerte
explicación genética de su origen según la Confederación de Autismo de España,
la gran variabilidad que hay en este tipo de trastornos tiene una variación
según los distintos genes de cada individuo y también por diferentes
factores ambientales en el desarrollo
del TEA, actualmente no se identifican claramente estos elementos que afectan
al TEA aunque esta se encuentra en investigación.
Los
TEA pueden ser difíciles de diagnosticar, porque no existen pruebas médicas,
como los análisis de sangre, que ayuden a confirmar estos trastornos. Para hacer
un diagnóstico, los profesionales evalúan aspectos como la conducta del niño y
su desarrollo. A veces se pueden detectar a los 18 meses o antes. Hacia los dos
años de edad, el diagnóstico que haga un especialista se puede considerar
bastante fiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo
sino hasta que tienen más edad y no son pocos los casos en los que el problema
se detecta en la edad adulta. Cuando hay discapacidad intelectual asociada se
suele detectar antes el trastorno.
Hay
una serie de señales de alarma que pueden hacer recomendable una valoración
exhaustiva del desarrollo del niño.
Hacia los 12 meses de edad
·
No balbucea.
·
No hace gestos como saludar con la
mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar objetos.
·
No reconoce su nombre ni responde
cuando se le llama.
·
No se interesa ni se implica en
juegos interactivos sencillos, como el “cucú-tras” o similares.
Entre los 12 y los 18 meses de edad
·
No dice palabras sencillas.
·
No responde a su nombre.
·
Presenta un uso limitado o disminuido
del contacto ocular.
·
Ausencia de balbuceo
social/comunicativo como si conversara con el adulto.
·
Ausencia de imitación espontánea.
·
No señala para pedir algo.
·
No mira hacia donde otros señalan.
·
No enseña o muestra objetos.
·
Puede manifestar una respuesta
inusual ante estímulos auditivos.
·
Falta de interés en juegos
interactivos simples.
Hacia los 24 meses de edad
·
No dice frases de dos o más
palabras, que sean espontáneas y no sólo repeticiones de lo que ha escuchado a
los demás.
·
Tiene dificultades para mantener el
contacto ocular cuando se le habla, y no sigue objetos con la mirada.
·
No se implica en juegos compartidos
y parece no disfrutar de la relación compartida con otras personas.
Los
expertos de Autismo España resaltan que todo lo anterior es meramente
orientativo y que cualquiera de esas señales, considerada de forma aislada, no
tiene valor diagnóstico. "También se recomendaría una valoración
exhaustiva del desarrollo si a cualquier edad parece que el niño o la niña
pierde habilidades que ya había conseguido, (Desconocido, 2019)
La
actitud de los padres es clave para el bienestar de las personas con TEA. En
opinión de Noemí Velamazán, "lo más importante es que los padres (como con
cualquier niño) acepten y quieran a sus hijos tal y como son, sin tratar de
cambiarles y sin forzarles a hacer cosas que no quieren hacer, como asistir a
una fiesta de cumpleaños". También aconseja "anticipar las cosas que
van a ocurrir a lo largo del día, y saber que si ocurre un imprevisto tu hijo
se verá afectado, por lo que es importante conocer estrategias que le ayuden a
sentirse mejor".
El
psiquiatra José Ángel Alda confía en que los numerosos proyectos de
investigación sobre el autismo que están en marcha en la actualidad fructifiquen
próximamente. Uno de los mayores logros puede ser la obtención de marcadores
biológicos que permitan el diagnóstico objetivo de los TEA, con el fin de
instaurar un tratamiento efectivo incluso antes de que aparezcan los primeros
síntomas.
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